martes, 7 de febrero de 2012

Lo que el cuerpo pide…

En estos días y gracias a una epidemia que circula en la ciudad llamada gripe, terminé congestionadx y con aquellas ganas de toser constantemente. En uno de los viajes internos que se realiza día a día en el transporte urbano, me senté en la parte posterior del colectivo, bus o ruta (Como se pueda decir), para disfrutar todo el panorama tanto de las personas que suben, como las que van quedando en cada parada. De repente, una comezón en plena garganta que inicio el leve cof, cof, luego el tono del mismo se fue incrementando COF, COF, COF a tal punto que retumbaba el sonido en las ventanas de aquel automotor, no podía parar, como si el cuerpo necesitara desechar fluidos innecesarios en ese momento (Si lo sé, se puede leer asqueroso). Logre mirar entre espasmos y convulsiones, que toda la gente había girado su cabeza al estilo el exorcista, sus rostros expresaban una molestia, pero no era por el hecho de poder extender la epidemia a otros cuerpos, fue más por el sonido que emitió mi diafragma al exterior, el cuerpo en ese momento me pidió hacerlo y como puedo decirle que no, si es mi cuerpo, soy yo… En fin, aquel evento me mostró otras similitudes que ocurren, no en el colectivo, bus o ruta, más bien en otros ámbitos, tal vez un poco más privados, en donde por evitar aquellas miradas de molestia o por no preocupar a la gente que te rodea, terminas por negarte muchas veces a aquello que el cuerpo pide. Vivimos rodeadxs de reglas y normas que te dicen como debes comportarte, qué te debe gustar, en qué debes creer, cómo debes vestirte y qué no hacer. Leí en algún lado que la vida te da un camino bueno y otro malo, que nosotros debemos elegir cuál de los dos seguir… Pensamiento binario que te sigue dando solo dos opciones, ¿Por qué no tomar la herramienta necesaria para abrir el camino deseado? ¿Por qué no generar otras opciones?... No puedo negar que hace un tiempo no tan lejano, fui parte de aquel pensamiento que te daba solo dos opciones, también me las daba yo, ahora entre reflexiones y experiencias digo, ¿Por qué no darse aquel gusto de aprender de otra forma? ¿Por qué no darse al cuerpo lo que pide?... Ya que puede llegar a ser muy placentero y si no lo es sencillamente se deja de hacerlo o se le hace de otras formas y se continúa explorando cada vez más y más posibilidades, hasta donde el cuerpo mismo te lo permita, o como se dice en las fiestas familiares… Hasta que el cuerpo aguante…¬

Jorge Santana,
Carpintersex.

No hay comentarios:

Publicar un comentario