lunes, 25 de octubre de 2010

¿Qué Hacer Cuando Nace Una Persona Intersex?

“¿Qué hacer cuando nace queeeeeé?”… es la primera pregunta y la reacción “natural” de muchas personas. Pero para mí, que soy precisamente una persona Intersex, la reacción más natural es no asustarse, quererla y ansiarla como se quiere y se ansía el nacimiento de otras personas. Pero vamos por partes. Ustedes se preguntaran qué es eso que yo nombré al principio y que parece un concepto salido de la pequeña enciclopedia Larousse para ingenieros bioquímicos con especialización en física cuántica para paralelepípedos; pero no, es un concepto que también he ido descubriendo y que me ayudó a ubicarme (o desubicarme, depende de dónde lo vea) en el mundo.
Érase una vez… mi historia. Fui un niño que creció como cualquier otro, con juegos, estudios, ilusiones; el quinto de seis hermanos. Todo era, como se dice, “normal”. Ya en la adolescencia, los cambios de mi cuerpo se fueron dando de una manera distinta que yo no comprendía y mi familia, obviamente, tampoco.  Pero dejamos pasar el tiempo, y mis padres pensaban que tal vez sólo era un retraso de la pubertad; decían “ya ha de crecer y le saldrá barba como a todos”.  Pero mi crecimiento no llegó sino hasta los 16 y se prolongó hasta los 24… Un momento, ¿y la barba? Jamás creció. De nuevo mi familia, trataba de consolarse: “Bueno, tal vez salió al abuelo que era lampiño…”. “Pero la voz… ¿qué paso con la voz?” “Ya le ha de madurar para que la tenga como de locutor de radio, esperemos nomas”.
Todo eso decía mi familia, y mi propia preocupación… ¿no importaba? Yo siempre sentí curiosidad sobre qué era lo que me ocurría. Un día fui al médico para quitarme las dudas y lo único que me supo decir fue: “Mi estimado amigo, tengo algo que lo puede ayudar. Son hormonas y le van a desarrollar la voz, le saldrá barba y le incrementara la masa muscular”. A lo cual respondí: sí pero ¿me puede decir que tengo? Sin ningún examen y como suelen realizar los chequeos generales a base de tacto y preguntando “¿le duele aquí?” llegó a la conclusión de que estaba baja mi testosterona y tenía que llegar a los índices normales, pero decidí no hacerlo y también al igual que mi familia esperé a que el tiempo me resolviera la incógnita, y ¿saben qué?… No fue el tiempo, sino una chica…
Aquella tarde en mi trabajo, ya para llegar la noche, se acercó al mostrador de aquel local de sánduches. Baja de estatura, (bueno, para mí), y de contextura delgada y mirada interesada. Su nombre: Elizabeth Vásquez, que me hizo una señal para acercarme, al estilo Neo retando a Mr. Smith en Matrix, y al hacerlo me hizo la pregunta menos esperada del momento: “¿Eres Trans?”, y claro para una pregunta como esa, la única manera de contestar es con otra igual: “y ¿Qué es eso?”, y desde ese momento comenzó un proceso que nos llevaría a descubrir el por qué de mis diferencias. Descubrimos por ejemplo, que no soy Trans.
Me imagino (y espero) que a estas alturas, ustedes también tengan la duda o se estén preguntando “bueno, y entonces si no es Trans, ¿qué es este man?” Esas características corporales tan específicas (sin vello facial, voz aguda, desarrollo corporal tardío y lento, retraso en el proceso de envejecimiento, desarrollo de glándulas mamarias), se debe al cromosoma femenino extra que tengo, que hace que mis características corporales sean tanto de hombre, como de mujer. Poco a poco, después de vivir en el sistema como machus erectus pitecantropus, se puede decir que estoy explorando mi feminidad, me siento bien por ello y seguiré mi camino por la intersexualidad con mi cariotipo XXY, descubriendo y explorando cuerpos distintos, tan distintos como el mío…
Pero mi historia no es la única, ni otras historias han tenido finales felices, como en los cuentos de hadas, ni se han politizado, como lo he aprendido a hacer yo, en mi trabajo con el PROYECTO TRVNSGÉN3RO. Nuestras sociedad piensa de manera binaria: bueno – malo, blanco – negro, norte – sur, hombre – mujer. Pero al existir cuerpos que diluyen esa única verdad (o se es hombre o se es mujer, pero no ambos, porque es “imposible”…), lo que se ha hecho entonces, es tratar de eliminar las diferencias o “problemas” de esos cuerpos diferentes.
Imaginen esta escena: Esperando en la sala de un hospital una pareja con la ilusión de saber cómo estaba la criatura que con tanto am0r habían esperado. Logran ver al médico que se aproxima con cara de preocupación para decirles ”mmm…lo sentimos pero su…… hij@ nació con un problema”?… Mi pregunta es: ¿cuál problema? ¿Por qué la sociedad ve como tal el nacimiento de personas Intersex? Escenas de este tipo se pueden ver en cualquier lugar del mundo, porque dentro de las políticas identitarias de nuestros Estados, el sexo con que nacen las personas define el nombre, los roles de género, las posibilidades que tiene…su lugar en el mundo. ¿Y qué pasa cuando los médicos no pueden definirlo? Cuando un niñ@ nace con diferentes características, lo primero que dicen es que está enfermo, y su única probabilidad será normalizarlo.  ¡Cómo se atreven!… Nota mental: ¡Están mal de la cabeza! ¿Quién les dio autorización para hacer eso? ¿Por qué no esperar a que sea ese futur@ niño, niña o niñe quien decida que quiere? No, claro no pueden esperar tanto tiempo; tienen que decidir prontamente, porque así mantienen la lógica en la que sólo hay dos sexos y el uno, necesariamente, excluye al otro…
Si comparamos a la intersexualidad con los colores, encontramos que existe una gama enorme a la cual llamamos espectro, desde hombre hasta mujer y viceversa, pasando por una variedad extensa de probabilidades, aplicando tres criterios, los cuales son:      Cromosómico, hormonal, y genital, demostrándonos así de una manera natural y por medio del cuerpo que están equivocados.
Y por eso para ellos somos un problema, ¿no será que no se sienten cómodos con la idea de no poder decirles a los padres felicitaciones tiene una hermosa mujercita o tiene un fuerte varón, seguro se parece a su padre? ¡Qué excelente sería escuchar: “Felicitaciones, su hij@ tiene una opción enorme por la cual decidir  cuando crezca, ya que pertenece al gran espectro llamado intersexualidad”!
Atentamente.
Jorge David Santana.
El Chulla.
Activista Intersex

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